Mantén limpia la superficie: Usa un paño suave y húmedo para limpiar la base regularmente, evitando productos abrasivos o químicas fuertes que puedan dañar el acabado.
Evita el exceso de humedad: No uses líquidos en exceso ni productos que puedan filtrarse en componentes electrónicos para prevenir cortocircuitos o daños internos.
Protege de golpes y golpes fuertes: Aunque está diseñada para soportar uso diario, evita golpes fuertes o caídas que puedan dañar componentes internos o la estructura.
Conexiones y cables: Asegúrate de que los cables no estén tensos ni doblados de forma excesiva para prevenir desgaste o cortocircuitos. Usa cables de buena calidad.
Evita temperaturas extremas: No expongas la base a lugares con temperaturas muy altas o muy bajas, ya que puede afectar los componentes electrónicos y la estructura.
Revisa las conexiones eléctricas: Regularmente verifica que las conexiones estén firmes y en buen estado para prevenir riesgos eléctricos.
Desconecta cuando no esté en uso: Si no vas a usar la base eléctrica por un tiempo prolongado, desconéctala para evitar consumo innecesario de energía y reducir riesgos de fallas eléctricas.